- Hoy se cumplen 229 años del primer jefe de la democracia venezolana. José Tomás Boves ha sido reducido a la categoría de monstruo por una historia oficial burguesa y mojigata que todavía tiene adoradores. El diario Correo del Orinoco nos envió una serie de preguntas sobre Boves y su circunstancia. El cuestionario-entrevista aparece en su edición impresa. Este que se transcribe abajo fue el intercambio completo de preguntas-respuestas.
--¿Por qué el pueblo siguió a Boves contra los patriotas? ¿Lo siguió todo el pueblo?
R: Por tres razones. 1) las nociones de "patria", "independencia" y "república"eran, hacia 1810-1813, demasiado abstractas para el pueblo oprimido, así que el ser humano no ilustrado no tenía por qué sentir devoción alguna hacia esos conceptos.2) Los portavoces de ese novedoso estandarte que convocaba a la gente a independizarse de España eran, en su aplastante mayoría, aristócratas esclavistas, dueños de haciendas y de seres humanos. Eran, en síntesis, la encarnación del sujeto a quien los oprimidos detestaban: hombres blancos, ricos, tiranos, gente que despreciaba a las castas "inferiores" y las sometía a esclavitud y servidumbre. 3) José Tomás Boves era un pulpero condenado a cárcel por contrabandista, así que era más cercano a la masa de esclavos y cimarrones; no solo se mezclaba con los más pobres (porque era uno de ellos) en sus fiestas y padecimientos, sino que, cuando le dieron mando y poder emitió un bando insólito en el que le reclamaba a la corona de España un sueldo, además de reconocimiento y respeto, a los combatientes negros y pardos: el célebre Bando de Guayabal (noviembre de 1813). No todo el pueblo siguió a Boves, por supuesto. La Guerra de Independencia y la Guerra Social (1813-14) enfrentaron a venezolanos contra venezolanos. Pero la horda de Boves se fue tras ese caudillo por el contenido social de su discurso y su ejercicio de la democracia.
--¿Eran “realistas” las mujeres y los hombres que lucharon bajo el mando de Boves?
R: El discurso simplista de la historia oficial que nos enseñaron muestra una realidad sencilla: los buenos eran patriotas y los malos eran realistas. Precisamente Boves rompió esa visión plana y equivocada del país y puso en la mesa el otro discurso: la guerra no es entre españoles y venezolanos sino entre pobres y ricos. Entre propietarios y esclavos. Quienes lo siguieron no sabían qué demonios era la república y tampoco tenía que cautivarles ni inspirarles respeto alguno la figura de un rey y una corona. La horda de Boves tenía un solo "ideal": vengarse de sus opresores de 300 años, arrebatarles las riquezas, violar y saquear. En la búsqueda de esa venganza espantosa cayeron blancos españoles y criollos por igual.
--¿Qué influyó para que el pueblo guerrero luchara al lado de los "patriotas"?
R: A la muerte de Boves (5 de diciembre de 1814) aquella masa de hombres se desmovilizó. Es otra demostración de que el afecto y los ímpetus del ser humano expoliado estaban con el caudillo y su forma rudimentaria de impartir justicia, y no a favor de una España que no significaba nada en su lenguaje. Cuando muere Boves quedan al mando de las tropas realistas Cagigal, Morales y Morillo. Pero ninguno de esos hombres tenía la debida conexión con los anhelos del pueblo. Poco después despuntaba en los llanos otro Taita con mando, características y arrastre popular: José Antonio Páez es la bisagra que divide el tiempo en que los pobres consumaron su venganza sangrienta y el tiempo en que se convirtieron en Ejército Patriota y fundador de naciones. El Ejército Libertador es la misma turba bovera, pero disciplinada y metida en el carril por Páez, Bolívar y otros conductores militares independentistas.
--¿Qué eran las “tropas” de Boves: un ejército, una guerrilla, una comunidad?
R: La horda bovera no era un ejército: era un pueblo que decidió entrar en guerra. Los ejércitos de la Primera y Segunda Repúblicas (incluidas las tropas comandadas personalmente por Bolívar) sufrieron terribles derrotas a manos de Boves porque éste no tenía a su cargo un ejército clásico sino una estampida en reposo que esperaba su señal para salir a destruir. Es fama que, cuando Boves se aproximaba a una población, empezaban a oírse gritos en todas partes: "¡Muéranse! ¡Llegó el hombre!", y más de un esclavo, sirviente o asaltante de caminos empezaba la degollina. En un tiempo en que no había misiles ni medios radioeléctricos ni teléfonos celulares, Boves empezaba a matar gente cuando todavía estaba a 50 kilómetros de distancia. Los sirvientes que nunca miraban a los ojos al patrón, al saber que se aproximaban el caudillo y su gente, ahora les gritaban "muéranse": era la orden que la gente humillada le tenía a su engreído propietario.
--¿Qué explica la manera tan cruel que tenían de hacer la guerra?
R: Quienes le profesan odio a Boves (y amor desmesurado a Bolívar) suelen esgrimir para explicar su espanto el dato de la crueldad. Hay verdades que a ningún demagogo bolivariano le gusta reconocer o recordar, como por ejemplo que Bolívar fue quien decretó Guerra a Muerte; que el 12 de febrero de 1814, mientras se producía la Batalla de La Victoria, en La Guaira fueron asesinados 800 presos, enfermos y ancianos, por órdenes de Bolívar. Y sobre todo esta verdad: que quien violaba, degollaba y humillaba a los aristócratas esclavistas no era el monstruo Boves sino un pueblo enfurecido. Poca gente quiere recordar que Pedro Camejo (el Negro Primero) y Juan José Rondón, antes de ser héroes de la independencia, fueron lugartenientes de Boves: fueron saqueadores, violadores, asesinos en ejercicio de una rabia secular. Los bolivarianos prefieren recordar a un Negro Primero que antes de morir va dócilmente a avisarle a su jefe el Catire Páez que está herido. Así se nos ha ocultado nuestra historia como pueblo: se nos oculta la fase humana y primitiva de nuestros héroes, y se les inmortaliza como sujetos obedientes. Así que la crueldad no es patrimonio exclusivo de Boves ni de los suyos. Boves y el pueblo que se fue con él eran crueles, al igualque Bolívar y los suyos, porque toda guerra es cruel e inhumana. No podía ser de otra forma.