jueves, 24 de junio de 2010

A 189 años de su muerte, Gloria al esclavo devenido cimarrón, saqueador, lumpen-guerrero y orgullo de su gente (nosotros), Pedro Camejo


Negro Primero, alta expresión de la rabia del pueblo oprimido

La historia oficial nos impuso la figura de un Negro Primero obediente que fue a pedirle permiso al jefe para morirse, y nos ha ocultado una parte importante de su historia: Camejo fue uno de los hombres que acompañaron a José Tomás Boves en sus más insólitas victorias.
Héroe de las batallas de La Puerta, en las cuales el pueblo enfurecido derrotó dos veces al ejército engreído y esclavista de Bolívar. A la muerte del taita en Urica, se desmoviliza y regresa al llano, junto con la enorme mayoría del contingente de pueblo que rehusó ser conducido por un imbécil como Morillo, general con hazañas guerreras pero sin empatía con el pueblo. Poco después es "captado" por otro taita bravío, José Antonio Páez; para aquella gente en rebelión daba lo mismo qué bandera defendía su jefe, porque su primitiva conciencia o falta de ella sólo lo movía a arrebatarle al poderoso lo que por 300 años se le había arrebatado a él.
De la primera batalla en que Camejo y otros de sus compañeros de hambre, vida y puñaleos, pelearon para los patriotas (hasta 1814 lucharon para Boves) cuenta José Antonio Páez que debió imponerles su autoridad y una dura disciplina, porque aquellos hombres no se limitaban a ganar batallas sino que se aplicaban al saqueo y el despedazamiento de lo existente: aquellos tipos no eran soldados entrenados sino malandros furiosos.


Así nos "trampea" la historia oficial: en este relieve del Campo de Carabobo aparecen Páez y el Negro Primero, éste atrás y el jefe adelante. Por mucho que le hayan puesto ese apodo, para la historia manipulada que nos han enseñado Camejo era un peazo e Negro Segundo

Aquellos desmanes eran la rabia del pueblo estallando tras 300 años de esclavitud. El pueblo en rebelión no es bueno para construir sino para destruir la sociedad que los oprime. Desde la óptica actual lucen bárbaros y caóticos aquellos acontecimientos. Sólo una observación minuciosa del pulso de la historia puede dar las claves correctas: el ser humano oprimido de América tenía la misión de destruir para que otros procedieran luego a construir. Lamentablemente, la tarea de construir quedó desde entonces, al igual que en la Colonia, en manos de familias poderosas y élites insufribles.
Hoy recordamos la figura de Pedro Camejo, sobre todo por lo que representa: el pueblo sometido, salido de madre en guerra mortal contra lo establecido, y luego utilizado, metido en cintura y sacrificado por los grandes propietarios, los poderosos de siempre. Eso no deberíamos olvidarlo nunca jamás, porque muchas otras veces nos pasó lo mismo como pueblo. A la mierda la historia oficial y la versión del Eduardo Blanco, que pone a decir al nuestro: "Jefecito, yo me voy a morir, ¿oyó?, vengo a despedirme, no se ponga bravo".

miércoles, 23 de junio de 2010

Mosca con el sabotaje a la medicina integral

Cecilio Canelón

La actual etapa de confrontación entre el esquema político-social que está muriendo y el que está por nacer ha tenido en Venezuela inquietantes manifestaciones. Las mentes conservadoras han decidido oponerse a todo cuanto haga o proponga el Gobierno nacional para iniciar la construcción de la otra sociedad, y eso incluye las iniciativas que los favorece incluso a ellos (nomás la semana pasada un grupo de ahorristas del banco Federal agredió a un reportero de VTV: no soportan que el Gobierno les pague el dinero que les robó Mezerhane…). Ahora se han desatado los demonios en contra de un factor que debería ser sagrado para todos: la formación de nuevos médicos, gente en proceso de capacitación para atender a los ciudadanos más pobres.
Desde hace unos días, unos nueve mil estudiantes de Medicina Comunitaria Integral que cursan quinto y sexto años han sido enviados a los hospitales públicos del país para realizar sus pasantías, y además para contribuir con la atención a los pacientes que en esos centros ingresan. Estos son los médicos del futuro, en sus manos está el relanzamiento de la Misión Barrio Adentro y la creación de un sistema de salud digno. El problema es que los médicos encargados de orientarlos y evaluarlos son los “profesionales” venezolanos que se graduaron con los criterios mercantilistas y gremiales aberrantes que les inculcó el capitalismo, y ya han comenzado a llegar de varias regiones del país denuncias acerca del maltrato, la vejación constante, la obstaculización de la formación de estos jóvenes por parte de quienes deberían ser sus tutores.
Todo esto obtuvo su colofón en los medios de la derecha con las declaraciones del mercader de la salud Douglas León Natera, dueño de la Federación Médica de Venezuela (por alguna razón este sujeto lleva décadas presidiendo esa organización), quien con el lenguaje adquirido en doce años de antichavismo y más de 60 de desprecio a los pobres, se dedicó a echar sombras sobre los médicos cubanos, sobre los estudiantes de Medicina Integral Comunitaria y sobre la formación de estos. Toda una campaña para hacerle creer al venezolano que es más provechoso pagarle a un médico burgués que acudir a la solidaridad de los nuevos médicos de la dignidad.
Si no conociéramos su índole criminal no lanzaríamos esta advertencia a las autoridades y al pueblo: hay que estar alertas con la continuación de esta campaña malsana y repulsiva, porque en cualquier momento puede morir algún venezolano en un hospital y entonces se creará la matriz de que murieron por culpa de nuestros estudiantes. Suponemos que el Gobierno nacional está sobre estas probables pistas.

viernes, 18 de junio de 2010

¿Qué celebramos? ABASTOS EN REVOLUCIÓN

Celebro cada logro de este proceso por cuanto cada uno de ellos tiene como finalidad reivindicar lo que se nos ha negado durante toda la historia de este país. Decir cuarenta años es una necedad, mi abuelo murió de noventa y pico de años y siempre fue un muy pobre campesino margariteño, igual mi abuela quien también vivió un poco de años, ninguno de ellos tuvo una vida carente de necesidades.
Hoy, once años después, se están celebrando las adquisiciones y aperturas de unas cadenas de abastos, transformadas en una sola: Abastos Bicentenarios. Bien.
¿Y si los dueños de dichas cadenas no se hubiesen cansado de hacer plata y de las incumplidas profecías y un día decidieron que el gobierno les pague por sus negocios sin que ellos tengan que hacer ningún papeleo, ni esfuerzo, ni regateo, ni ordenar nada, solamente recogen todo su billete y tácata, se piran? Porque estoy convencido que ellos se cansaron de algo que nunca llega e hicieron todo para que el gobierno les ahorrara un pocotón de trámites, y seguramente les pagó más por sus negocios de lo que conseguirían con una venta a algún paisano capitalista. Y es que este gobierno no regatea, paga y listo. Qué gobierno más gueno.
Y para colmo los manda para el exterior cual héroes expropiados por el tirano, pero con más plata de la conseguirían con cualquier otro comprador.
Sí, son logros. ¿Pero está la revolución para hacer vainas a media máquina? ¿existen AB en todo el país? ¿cuántos hay? ¿cuántos municipios tienen ahora mismo un AB? Puedo decirles que en Nueva Esparta no existe ninguno, no había de los éxito ni de los cada, es decir la revolución aquí no llega. Nos jodimos.
Hasta que Mercal o Pdval no se transformen en las cadenas de alimentos que deberían ser, será una mácula en todo ese jolgorio. Alguien debería tener vergüenza por no poder crear una sólida cadena de mercales y pdevales. No es para celebrar que la viveza de los capitalistas nos dote de lo que no ha podido esta revolución. La revolución en esta materia tiene cero, está raspada y alguien debería pagar por semejante fracaso. Porque no basta con los esfuerzos que significan los mercados a cielo abierto, los operativos, ferias, etcétera, ¿no está bueno de eso? ¿no es hora de entrar a un local grande y cómodo, a la hora que pueda y quiera? ¿no lo merecemos? ¿no se puede? ¿es demasiado difícil? ¿deben seguir los odiados capitalistas sacándonos las patas del barro?
Este pueblo margariteño se lo tienen bien merecido, por adeco. Pero más allá del merecimiento o no, a estas alturas, en Margarita debería existir por lo menos un Mercal grande, suficientemente dotado y abierto las 24 horas del día, creo que una verdadera revolución da para eso y más. Igual pasa con Pdval, quien entró al juego del mercadeo de alimentos para el pueblo, como el niño bien, el hijo del papi millonario, y en poco tiempo se hizo con un gran local, al lado en un lugar donde reposan los restos abandonados de lo que fuera el primer gran abastos de esta Isla: Prica. A nadie se le ocurre comprar, a muy buen precio para el dueño (decir expropiación es una necedad), ese excelente local para un Mercal, que además tiene un estacionamiento grandísimo. Pero como ya dije, llegó el riquito Pdeval y compró un tremendo local al lado, sin estacionamiento, además, para qué? para nada, ahí está desde hace meses como una burla a las necesidades y hambre de este pueblo, que repito, se merece esto y mucho más por adeco, pero no todos debemos pagar semejante maldición.

miércoles, 16 de junio de 2010

TERRIBLE

Solemos dejar, abandonar, ignorar, olvidar, negar, relegar, criticar, alejar, condenar, reprender, desertar, desterrar, desistir de, castigar, rechazar, confinar, renunciar a, sancionar, amonestar, escarmentar, tachar, borrar, ahuyentar, reprochar, dimitir, apartar, separar, aislar, excluir, plantar, reprobar, desatender, retirar, penar, desviar, proscribir, deponer, ceder, desconocer, dejar de lado, quitar el habla, aplicar la ley del hielo, no dirigirle ni siquiera una piche mirada, no tomar en cuenta pero para nada, dejar tirado a un lado para finalmente, hacer borrón y cuenta nueva, con todo lo malo.
Así solemos actuar ante conductas que no compartimos ni aprobamos. En la mayoría de los casos, sin importar quién o quiénes incurran en las graves pifias que nos negamos a secundar, aunque sea con un silencio cómplice y alcahuete. Cortamos y ya. No me la calo y punto. Eso es lo correcto, lo moralmente aceptado y obligado. Eso nos exige la dignidad plebeya, popular, populachera y vulgar.
Ahora bien. Si a los pata en el suelo ordinarios y chavistas, para más inri, nos da por dar matica de café, corte y ya, cambio y fuera, por qué sinrazón, a los escuálidos les da por solidarizarse con cuanto rufián decide alinearse en contra de la dignidad, honestidad y/o respeto por lo ajeno?
Ladrones, violadores, estafadores, asesinos, atracadores, embusteros, corruptos, especuladores, acaparadores, matraqueros, militantes de la más extrema derecha, fascistas, militantes de la más extrema izquierda, racistas, golpistas, conspiradores, traidores, oportunistas, vende patria, etcétera, etcétera, forman parte del grupo de los líderes del oposicionismo.
Bien sea que estén en dicha posición desde hace tiempo o sean líderes por generación espontánea, es decir, se erigen en tales, justo al momento de cometer algún ilícito que los catapulta a la condición de héroe de las escuálidas, desaforadas e irracionales falanges de las distintas oposiciones que sufre, sobre todo, el pueblo.
Esta conducta va más allá del disociado sicótico o el escuálido loco. Es una conducta que debe ser tomada muy en cuenta por las autoridades. Personas que se desprenden de los valores normales dentro de una familia y una sociedad, para aliarse de manera irracional, con una delincuencia que les ataca y perjudica, luego agreden a quienes acuden en su ayuda.
Pendejos.

martes, 15 de junio de 2010

Misión Sucre o Universidades (I)

Carlos J. Acosta

Este es un dilema que nos viene llamando a la reflexión desde el momento cuando el compañero Chávez habló de construir 80 universidades a lo largo y ancho del país. Evidentemente, nos encontramos ante 2 propuestas, por un lado la propuesta liberal reforzada por toda la tradición de la Revolución Francesa, de crear instituciones de educación superior, como le gusta decir a la otra derecha (la endógena dice educación universitaria); y por la otra la propuesta robinsoniana de educación continua y permanente que no le rinde pleitesía a calificaciones ni títulos.
La derecha, la endógena, habla de nuevos paradigmas y como muestra de ello cambia el birrete por una boina en los actos de graduación, aunque mantiene intacto todo el protocolo de este tipo de actos; la derecha, la otra, sonríe.
Nos señala un amigo que debemos entender la parte de ternura involucrada en estos actos. Sí, tal vez tenga razón y sea bien importante para una mujer o un hombre de nuestro pueblo que sus hij@s o su anciana madre l@s vean con un título, pero pensamos que el problema se presenta cuando se deja que el título tenga más importancia de la que realmente merece.
Cuando por casualidad nos encontramos con todo el entramado que nuestras autoridades universitarias montan con motivo de las graduaciones, vemos reproducida toda la parafernalia de los actos reproductores de la sociedad alienante que nos ha tocado vivir a lo largo de la historia de la humanidad.
Tal vez estemos equivocados en nuestra apreciación, pero cada vez que asistimos a estos actos dentro de nuestras universidades “alternativas”, vemos reflejada la sociedad adeca que se niega a morir.
Y aquí creemos pertinente, si hablamos de revolución, de transformar la sociedad, preguntarnos si debemos mejorar nuestras universidades o simplemente eliminar el concepto de universidad.
¡BLASFEMO!, ¡ANARQUISTA!, grita la derecha, la endógena y la otra, y es que en este punto se presenta una comunión de intereses entre todos los “profesionales”, con el manido argumento que ellos se quemaron las pestañas estudiando, como si hubiesen estudiado con velas.
Y es que aquí la derecha revolucionaria, la endógena por supuesto, entra en contradicción con su discurso de una sociedad sin clases, sin privilegios; como puede lograrse eso, si dividimos la sociedad en profesionales y no profesionales. Nosotros creemos que están en todo su derecho de pensar un país repleto de universidades, pero no lo hagan en nombre de Marx, no le echen esa vaina.
Ustedes pueden agarrarse de las manitos y gritar U U UCV o U U UBV, pero eso no tiene nada que ver con rebeldía, con insumisión, con transformaciones profundas de la sociedad, sino con reproducir en nuestros espacios a la universidad como institución castrante de lo mejor del pensamiento de nuestro pueblo.
Basta sentarse un rato a escuchar las conversaciones de muchos de nuestros estudiantes de derecha, de la otra y de la endógena, para notar que en su forma de expresarse se identifica a seres que ya se consideran superiores al resto del pueblo.
Claro, si no formamos los facilitadores que incentiven el pensamiento crítico, como podemos esperar que estas instituciones no se conviertan en fábricas de mediocres sin sensibilidad social, futuros defensores de las bondades de la academia, quienes no bien obtienen un título se hacen imprimir su tarjeta de doctor fulano o doctora fulana.
Si nos conformamos con ver a los estudiantes como un apoyo para el logro de conquistas electorales, exigiéndoles movilización cada vez que se presenta un evento partidista; y por otro lado, presionamos y desconvocamos sus actividades dirigidas a la organización estudiantil, no podemos esperar una generación revolucionaria e impulsora de la transformación necesaria.

lunes, 7 de junio de 2010

Contra todos los racismos

Cecilio Canelón

Yo creí haber oído todas las estupideces posibles acerca de la tragedia del Inca Valero: que si era asesino porque era chavista, que por lo tanto fue un crimen de Estado perpetrado por Chávez, etc. Pero hace unos días escuché la más lamentable y despreciable de todas las "explicaciones". Oí decir a una gente más o menos querida que Valero cometió el horrendo crimen debido a algo que lleva "en la sangre": él mató a la mujer porque era gocho, "y los gochos son así: machistas, violentos y brutos".

Los venezolanos-pueblo debemos estar orgullosos de unos cuantos saltos adelante en materia de mejoramiento de la humanidad, de construcción de una sociedad de inclusión y liberación del ser humano oprimido. Uno de esos saltos es el destierro casi total del racismo contra los negros (afrodescencientes, los quieren llamar ahora). Comencé aludiendo al venezolano-pueblo porque “en ciertos círculos sociales” (y ya sabemos que estamos hablando de la burguesía) persiste ese sentimiento, transformado en ideología y praxis de dominación, que considera inferiores a aquellos seres históricamente explotados y/o apartados del reparto de riquezas y beneficios. Del caso del racismo vivo en la burguesía no quiero ocuparme por ahora, ya que es un fenómeno contra el cual no se puede hacer mayor cosa: el enemigo histórico del pueblo seguirá siéndolo siempre. Quiero ocuparme más bien del otro fenómeno, dolorosísimo por cierto, del odio racista que sienten grandes parcelas del pueblo pobre en contra de nuestra propia gente (algo emparentado con el endorracismo), a causa de perturbaciones impuestas en la percepción que tenemos de nosotros mismos como pueblo.
Si bien en Venezuela hemos superado casi totalmente esa llaga de la humanidad que es el odio contra los negros, subsisten entre nosotros otras manifestaciones del racismo. Una de las más difundidas y aceptadas socialmente, incluso entre el pueblo pobre y explotado, es el desprecio y el odio contra los andinos. Usted suelta en público un chiste racista contra los negros y seguramente será enfrentado, señalado, mandado a callar el hocico y en un caso extremo linchado. Y así debe ocurrir: todo racista debe ser execrado y puesto en el basurero de la historia. Pero si usted cuenta uno o varios chistes contra los gochos el gesto será aplaudido y celebrado. Sin darnos cuenta, estamos reproduciendo una conducta igual de absurda e indigna que la anterior. El rechazo a los andinos es igual al rechazo a los negros, indígenas, palestinos, árabes en general; pero odiar hasta la repugnancia a los gochos es un acto tan “natural”, tan difundido y aceptado en todos los círculos, que justamente por eso es preocupante.
Hay quienes han pretendido explicar este fenómeno, o ubicarlo históricamente a partir de los desmanes que perpetraron los chácharos (los policías de Gómez) en toda Venezuela. Según el análisis, en el oriente venezolano nadie jamás había visto a un andino, y cuando lo vieron por primera vez se trataba de un sujeto extraño en su fisonomía y arbitrario en el trato, un uniformado que iba por toda Venezuela a poner "orden" en nombre de la dictadura. Se ha hablado también de una presunta proyección del odio del venezolano a sus peores presidentes (los andinos en el poder: desde Castro hasta CAP, pasando por Gómez y Pérez Jiménez). Son teorías o tesis que podría valer la pena analizar y discutir, pero de ninguna manera justificar la sentencia que pretende pesar sobre la gente nacida en Los Andes: cuando usted sostiene que los gochos merecen desprecio está a un milímetro de decir que son inferiores.
El asunto va más allá del simple hecho de someter a burlas a los nacidos en Los Andes, ya que por lo general son los propios andinos (y también los gallegos, caso singular del pueblo español) los que suelen inventar y difundir chistes contra sí mismos. Hace unos años estuve con un camarada en San Cristóbal. Recorríamos el terminal de pasajeros cuando el compañero me soltó un comentario desgarrador: “Aquí la gente tiene cara de mongólica. Yo creo que es que aquí los tipos se cogen a las primas y a las hermanas”. Y luego, en Mérida, otro camarada (un camarada: alguien que habla y hace cosas por la Revolución) observó a unos borrachos amanecidos, se paró frente a una montaña y no vio sembradíos, y sacó la conclusión que ya su prejuicio racista traía elaborado en el cerebro: “¿No y que eran tan arrechos los campesinos de aquí? ¿Dónde está la cultura del trabajo?”. Ante ambos amigos guardé silencio, porque este es el tipo de temas que no se debaten: se enfrentan.
Yo nada tengo que discutir frente a un argumento racista. Las dos actitudes posibles ante una estupidez de ese tamaño son el silencio (para no generar conflictos que pudieran resolverse luego en serena conversación) o la acción violenta directa. Ante mis dos amigos opté por el silencio porque estoy seguro de que ellos son ignorantes del asqueroso sentimiento que los carcome por dentro. En ellos el racismo no es ideología sino ignorancia; esto hace que sea posible un llamado a la conciencia y a la reflexión. En la burguesía el racismo sí es ideología: ese es el enemigo. Contra ellos, nuestra rabia emancipadora y nuestra violencia justiciera.

viernes, 4 de junio de 2010

Israel: la impunidad desarmada del Medio Oriente

Roger Bastardo

Como un delincuente protegido y apoyado por el poderío Norteamericano, Israel atacada de nuevo a tan solo seis meses de la ya olvidada acción criminal contra Mahmoud al Mabhouh, el líder comandante de Hamas, quien murió asesinado en una habitación del lujoso Hotel Rotana Al Bustan en Dubai, en una operación de película, la cual fue captada por infinidades de cámaras de circuito cerrado; filmaciones que sirvieron a los cuerpos de seguridad Dubaiti, para reconocer a más de 18 sujetos pertenecientes al Mossad, quienes participaron en el crimen, aunque el gobierno Israelí lo desmiente, utilizando pasaportes de distintas nacionalidades, Británicos, Franceses, Irlandeses, Austriacos, Alemanes, para ese momento algunos países como Inglaterra, se pronunciaron al respecto por la retención de un pasaporte británico utilizado en la operación, dictando medidas contra altas personalidades del gobierno Israelí, sin embargo todo quedo allí, como dice un personaje del espionaje israelí, en uno de los escritos de Gordon Thomas – lo importante es cumplir con el objetivo, luego el tiempo se encargara de olvidar el evento – así piensa el gobierno israelí cuando ejecuta una acción criminal, como la ocurrida en el día de ayer, cuando una flotillas humanitaria cargada de alimentos y medicinas partieron desde Turquía con rumbo a la franja de Gaza con la intención de romper con el bloqueo que le tiene Israel al pueblo Palestino, desde hace 3 años y sometido desde Diciembre 2009 cuando se inicio la Operación Plomo Fundido. La agresión no se hizo esperar, atacaron en medio de la oscuridad para evitar, tomas fotográficas, filmaciones etc, en fin para no dejar reseña alguna, del ataque cobarde contra la tripulación de enviados de paz y solidaridad hacia el pueblo Palestino.
Este es un capítulo más de esa lista de atropellos sangrientos que pasaran a la historia de los libros que alegremente escriben los asesinos, ahora lo que viene, todos repudiaran y se rasgaran las vestiduras y condenaran como lo hizo la UE en el caso de Mahoud, pero quién será capaz de tomar medidas efectivas, que conduzcan a parar de una vez por todas, uno de los genocidios más sanguinarios de la historia del mundo?, ya no hay imágenes que nos conmuevan, ya no hay videos, ni noticias que nos alarmen, ya no hay tratado ni convención que valga, todos han sido burlados, asi como los Organismos Internacionales, todo el mundo ve a diario como se aniquila a mujeres y niños indefensos Palestinos, los israelíes siguen empeñados en desaparecer de la faz de la tierra al heroico pueblo Palestino, quien resiste a punta de piedras contra todo el poderío bélico jamás visto, ¿Cuanto tiempo durará en los medios esta noticia ? ¿ Quién puede detener este genocidio ? Me atrevo a pensar que solo la unidad, el apoyo y la voluntad de los pueblos árabes y del mundo en general, podrán detener a quién hoy derrama la sangre de un pueblo hermano .