martes, 9 de noviembre de 2010
No a la aprobación del Ante Proyecto de Ley Orgánica de Cultura
Por: Baleryns López
baleryns@hotmail.com
Desde hace 11 años la Asamblea Nacional está en deuda con el pueblo venezolano, con las cultoras y cultores, con las trabajadoras y trabajadores culturales, pues aún no han podido dar con un Anteproyecto de Ley Orgánica de Cultura que satisfaga las expectativas y reivindicaciones que esperamos de una Ley Orgánica de Cultura en este proceso revolucionario, motivos por los cuales no la han podido aprobar, ni lo harán.
No han encontrado un Anteproyecto de Ley porque lo han buscado en la inspiración de algunos intelectuales culturales, de algunos interesados en la mercantilización de la cultura, de ex ministros y pare usted de contar… lo han buscado donde no lo van a encontrar nunca, esto es lejos del pueblo, lejos de las y los que hacemos de la cultura un órgano latiente y vivo. Y es esto, por lo que el poder popular, las organizaciones culturales, las cultoras y cultores, las y los trabajadores culturales han impedido su aprobación durante 11 años.
Todas y cada una de las propuestas presentadas atentan contra la dignidad del pueblo y este Anteproyecto no es la excepción. Ha sido catalogado luego de su profundo análisis como centralista, cercenador y excluyente de la participación popular; como no revolucionario, como contrario a los preceptos bolivarianos y socialistas, y opuesto a los derechos y preceptos más esenciales contenidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999.
Las criticas más álgidas a este ante proyecto es que la participación popular queda excluida y es sólo el Estado quien decidirá en lo que respecta al diseño de políticas públicas, diseño curricular para las zonas educativas, asignación de presupuesto, financiamiento, subvenciones, créditos e incentivos a las y los trabajadores culturales, en la exoneración de impuestos a las Actividades Culturales, en la declaración de Patrimonio Cultural Viviente, en la declaración del Patrimonio Cultural de la Nación, en la declaración de Repatriación de Obras Culturales, en la creación y reglamentación del Fondo de Previsión y Protección Social de las y los trabajadores culturales y en la elaboración de los reglamentos que la desarrollan.
En la presente propuesta de ley se establece la participación popular sólo con fines de corresponsabilidad, resguardo del patrimonio, difusión de la cultura, en la declaración de Zonas Especiales y en otros puntos que son prácticamente irrelevantes, dejándonos totalmente excluid@s de las decisiones verdaderamente transcendentales en lo cultural y que nos competen. No establecen mecanismos y porcentajes claros de participación popular en todas las decisiones que lleve adelante el Estado en lo cultural.
Establece además la figura de los “Consejos del Poder Popular” como órganos de participación popular obviando a los Consejos Comunales y las Comunas que son las verdaderas y auténticas figuras de participación popular y co-gobierno, que cuentan con leyes que las regulan y amparan. Revísenlo ustedes mism@s y constatarán que jamás en el referido anteproyecto se habla de los Consejos Comunales ni mucho menos de las Comunas.
Esta es una propuesta de ley que da poder hegemónico en lo cultural al actual Estado burgués a través del Órgano Rector, cuando debería más bien, restar poder al Estado y darle más poder al pueblo, que es a la final el único garante de su cultura, quien la ha generado, preservado e impulsado durante siglos.
En esta propuesta no se define quien es una o un trabajador cultural, dejando este criterio sólo al Estado, quedando nuevamente desasistidos y a la merced de alguna o algún funcionario público, siendo estos a la final los que decidirán a quien van a proteger y financiar. Como si fuera poco se establecen mecanismos asistencialistas de incentivos, becas, bolsas de trabajo, premios…para reconocer económicamente el trabajo de las y los trabajadores culturales, en ningún caso se habla de una remuneración justa, pago o salario digno.
De acuerdo con este anteproyecto seguimos las y los trabajadores culturales excluidos del sistema de seguridad social, ya que la establece de acuerdo con la actual Ley Orgánica de Seguridad Social la que nos deja desasistidos, pues la única figura con la que podemos acceder es mediante nuestro aporte individual a las cotizaciones requeridas, aporte que a veces ni tenemos y que de hacerlo nos daría una pensión miserable, propia de una persona que nunca a trabajado ni luchado por su país.
El Estado se sigue desconociendo como el único responsable de efectuar las cotizaciones necesarias a las y los trabajadores culturales, dejándonos a la intemperie nuevamente. De esto tenemos una lista enorme de trabajadoras y trabajadores culturales sin ingreso fijo y digno, sin vivienda, sin calzado, sin comida, sin medicinas y hasta muertos de mengua, en algunos casos es tan vergonzoso que se ha tenido que hacer recolectas para poder enterralos con un poco de dignidad ¿hasta cuando?
Y es que no nos reconocen, ni quieren reconocernos como trabajadores con derecho a contrato, salario digno y a la seguridad social, no podemos dejar que se siga sosteniendo esta política excluyente, no puede ser que para el Estado la y el trabajador cultural sean las y los funcionarios públicos del Ministerio de la Cultura y de los institutos que rigen la materia. No puede ser que contraten a las empresas privadas para que monten las tarimas y el sonido y a las y los cultores que se presentan en ellas se le den “aportes o incentivos económicos” sin contrato ni beneficios sociales, miserias económicas que pagan, como si fuera poco, cuando a ellos les da la gana.
Se beneficia especialmente a las y los trabajadores culturales que generan un ingreso propio, a las y los artesanos, dándoles prioridad a los que producen objetos y discriminando a los que no, propiciando la mercantilización y la división en el quehacer cultural, imagínense que les crea un instituto especial y un fondo especial de créditos y todo.
El descaro es tal que en tiempos de revolución y en vías al socialismo este anteproyecto de ley fortalece e impulsa la participación del sector privado en lo cultural; la cultura no puede ser el medio mediante el cual las empresas privadas "retribuyan" socialmente, que con la cultura el sector privado se limpie las manos llenas del cáncer que han producido en el pueblo, de esto tenemos el abominable ejemplo de La Fundación Bigott quien financia con cáncer la cultura en nuestro país y que además les tengamos que dar las gracias pues en muchos casos la han protegido y financiado mejor que el Gobierno Nacional.
Esta ley impulsa esto y otras barbaridades, vamos a dejar que la aprueben? Será responsabilidad de todas y todos los que hacemos cultura, los que llenamos de vida lo cultural si esto sigue pasando, será nuestra responsabilidad, no de la cuarta, ni de la quinta República, si otra u otro cultor se muere de mengua, es nuestro deber luchar por ellos, por los que partieron en estás condiciones y por los que vendrán.
Compañeras y compañeros de la cultura, trabajadoras y trabajadores culturales, organizaciones y colectivos culturales, los instamos a leer y a apoyar con su firma el documento para solicitar la No aprobación del ante proyecto de Ley Orgánica de Cultura, para que se abra un debate nacional con una verdadera participación popular y se active el mecanismo del pueblo legislador, basta ya de que algun@s "ilustres" sigan legislando encerrados, sin la participación de las y los involucrados directos, es decir, del pueblo venezolano.
*Para ver el documento y adjuntar su firma (en dado caso que decida apoyarlo claro), escribale a la gente que se ha venido reuniendo los martes en Bellas Artes a la siguiente dirección: noaestaleyorganicadecultura@hotmail.com.ar
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