sábado, 2 de julio de 2011

Lágrimas por sangre: la guerra continúa con Chávez o sin Chávez

Jose Roberto Duque viernes 1 de julio de 2011

Compinches, camaradas, panas chavistas al borde de la depresión. Entendamos algo: nosotros estamos en GUERRA contra un enemigo sucio y poderoso. Esa guerra no ha entrado aún en su fase bélica (es decir, no ha llegado la hora en que nos mataremos en las calles) pero ellos y nosotros hemos asumido una singular variante del ceremonial consistente en matar al otro: desearle la muerte y contentarnos cuando una de esas balas metafísicas alcanzan al enemigo, o a uno de ellos. Ellos celebran nuestro dolor y nuestras lágrimas; nosotros se los cambiamos por sus lágrimas y dolor. Lágrima por lágrima, por ahora; vendrá el tiempo de cambiar lágrimas por sangre. Lógica de la guerra, y ninguna guerra es mansa, limpia o cándida (y menos la lucha secular de clases, la de opresores contra oprimidos): burgueses y cimarrones nos odiamos hasta el exterminio. Y entre hermanos de luchas nos queremos hasta la rabia del adiós.

Habrá quienes se dejen moderar o silenciar por los sentimientos religiosos y convencionalismos sociales, pero en mi caso (y acá me toca hablar en primera persona), ateo y antisocial como soy, no siento ninguna necesidad de ocultar que me contenta la muerte o la desgracia de los ricos, de sus agentes y aliados. Ah carajo: todos, los de este lado y los de allá, sentimos y pensamos exactamente lo mismo. Sólo que la religión y las normas de convivencia no dejan a algunos expresarlo abiertamente. Así que no se extrañen ni se duelan de la felicidad del enemigo ante la explosión, justo en el blanco, de un misil de la naturaleza en el cuerpo de Hugo Chávez. Ellos están felices hoy; mañana estarán (otra vez) compungidos y tristes.

Porque todavía no se termina esta guerra. Mañana cambiaremos bala por bala; hoy apenas cambiamos sus lágrimas por las nuestras. Vamos bien: tenemos un plomo en el ala pero nadie ha dicho que para luchar hay que andar volando: plomo en el ala, tracción de sangre en estas patas de caminar.
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Dato histórico: el pueblo venezolano SIEMPRE se subleva, se sale de cauce, se suelta a la anarquía y a la destrucción, cuando sus conductores legítimos o impuestos cesan en funciones, mueren o pierden el control del orden convencional de la sociedad: cuando ya no obtienen reconocimiento ni por el afecto del pueblo ni a través del miedo. Sucedió el 5 de julio de 1811 (Sacudón contra blancos criollos y españoles de espanto cuando se declaró la independencia); sucedió el 5 de diciembre de 1814 a la muerte de Boves; sucedió en 1830 a la muerte de Bolívar; sucedió en 1936 en ausencia de Gómez; sucedió en 1958, degollina bestial al largarse Pérez Jiménez; sucedió el 27 de febrero cuando la figura del presidente y del régimen quedaron disueltas a los ojos de la gente; sucedió el 12 de abril de 2002 cuando Chávez fue secuestrado y un burro domado en la cúpula empresarial del país anunció que era el rey de Venezuela.

Antichavistas: harían bien en no jugar o fantasear con la idea de que Chávez va a quedar fuera de juego y ustedes van a proclamarse jefes de nadie en esta mierda. Rueguen que el único muro de contención entre las rabias acumuladas nuestras y el confort de ustedes no se resquebraje. La historia no muestra otro camino: cuando nos quedamos sin figura rectora o ésta se pervierte, corre la sangre.

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Pronóstico 1: Chávez derrotará esta vez al cáncer (parece que ya lo ha derrotado). Es decir, saldrá vivo de este trance.

Pronóstico 2: el antichavismo buscará la forma de colocar en la calle la matriz según la cual la incapacidad de Chávez para ejercer la presidencia es permanente, y dejará colar el lema: "Es hora de que gobierne una nueva generación".

Incertidumbre 1: no sabemos si Chávez quedará en condiciones de asumir y encarar una campaña feroz y vigorosa como la de 2012. De esa circunstancia dependerá en buena medida la victoria o derrota electoral del chavismo.

Incertidumbre 2: no sabemos cuándo mierdas el chavismo no oficial, eso que gusta de llamarse "movimientos sociales" y hasta "Poder Popular" entenderá de una maldita vez que la Revolución no se hace en Miraflores sino en la perra calle, y que esté o no esté Chávez al mando hay que empezar a inventar y diseñar las formas de organización mediante las cuales esa Revolución ha de continuar su avance. Porque a final de cuentas, algún día cercano o lejano:

Chávez morirá

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Dilema incómodo y único: ¿debemos EXIGIRLE a Chávez que siga sometiéndose a los bombardeos del enemigo como presidente? ¿Por cuántos años más? ¿No lo estaremos matando? ¿Sería una demostración de madurez nuestra el comenzar a asumir que nuestro guerrero más visible tiene derecho a descansar, o a pelear desde trinchera menos exigente?

Es lo que hay. Aguante allá, mi pana Chávez. Aquí seguiremos en lo mismo, como lo hemos hecho por 500 años.

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