martes, 20 de noviembre de 2007

De cara a la Reforma, el Gobierno, la coyuntura y la derecha golpista

Luego de unas cuantas conversas en las cuales no faltaron la tensión ni la amargura, la Misión Boves y otros colectivos libertarios decidieron respaldar el Sí a la Reforma, basados en algunas premisas básicas:

1) El Gobierno Bolivariano es un Gobierno imperfecto, lleno de funcionarios de derecha (Chávez los ha llamado “nido de alacranes”; nosotros los hemos llamado hace rato “derecha endógena”), pero la consecución de los objetivos vitales del pueblo sólo es posible mediante el perfeccionamiento de este Gobierno, que nos ha hecho llegar a un punto crucial de nuestro desarrollo histórico, de nuestro avance irremediable hacia la democracia directa. Entregarle el control de las instituciones a la derecha significaría un retroceso histórico sangriento, imperdonable e innecesario.
2) En Venezuela está en movimiento un nuevo intento de desestabilización social y política con intenciones insurreccionales. De momento no es probable un alzamiento masivo de los sectores populares contra el Gobierno, pero la relativa calma política está amenazada por la vocación destructiva de una pequeña vanguardia fascista; por la manipulación de la figura y el empuje de los estudiantes con el objeto de generar el caos; por la propaganda que llama abiertamente al golpe de Estado a la Fuerza Armada.
3) La entrada de la sociedad venezolana en una etapa revolucionaria genuina (superando la actual etapa prerrevolucionaria) pasa por defender la permanencia en el control del Estado a un líder que, a pesar de sus desaciertos e inconsecuencias, ha demostrado ser un aliado el Poder Popular.

Alertamos sobre la probable entrada del país en una dinámica peligrosa y de convulsiones, ante la cual actuaremos de acuerdo con las características de los escenarios que estén planteados.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Comunicado público Número 1: Ante el pronunciamiento del general Isaías Baduel

El día de hoy en horas del mediodía el ex ministro de la Defensa Isaías Raúl Baduel hizo un pronunciamiento público acerca de la Reforma Constitucional y su circunstancia.
La Misión Boves, expresión de movimientos e individuos libertarios, herederos de la Corriente Histórico Social y de las luchas más añejas contra la opresión de los poderosos; enfrentados como estamos a las muchas formas de fascismo que ha desarrollado la derecha en Venezuela, hace pública su posición al respecto.

  • 1) En Venezuela está en construcción un proyecto de país que conviene y dignifica a las amplias mayorías, tradicionalmente sometidas a vejación por poderes y hegemonías exclusivistas beneficiarias del capitalismo.
  • 2) En la actual coyuntura, signada por el inicio de un proceso refrendario y la activación de las fuerzas más reaccionarias del poder económico, con el fin de detener "por cualquier vía" el proyecto propuesto por el Gobierno Bolivariano, nuestro colectivo se declara en emergencia y expresa su adhesión a las fuerzas institucionales, informales e independientes; a los grupos y movimientos sociales organizados; a las fuerzas regulares y las emergentes, que respaldan al Gobierno Nacional y a su propuesta de profundización de los contenidos constitucionales.
  • 3) Muchos ciudadanos han anunciado su intención de "salir a la calle" con el fin de promover un clima de ingobernabilidad que los ayude mediáticamente a recibir ayuda del exterior. Informamos que lo que este colectivo considera EL ENEMIGO no son los ciudadanos civiles que están siendo utilizados con ese fin, sino la dirigencia que llama irresponsablemente a una rebelión, de la cual sólo participarán escondidos en sus laboratorios de guerra sucia.
  • 4) Nuestros objetivos en el corto y mediano plazo consistirán en unir esfuerzos con otros colectivos para que la consulta refrendaria del 2 de diciembre se lleve a efecto. A lo cual nos incorporaremos por cualquier vía y procedimiento a nuestro alcance.
  • 5) En el mismo orden de ideas, invitanos a los ciudadanos a que voten SI por los dos bloques de propuestas materia de la consulta.
  • 6) En el período que media entre esta fecha y el momento en que se realizará el referéndum; y luego, culminado dicho proceso, desarrollaremos y haremos público nuestra exhortación al Gobierno Nacional para que abra una discusión que apunte hacia:

  • A) La profundización del proceso revolucionario de manera tal que las estructuras gubernamentales vayan siendo sustituidas por otras más ágiles y despojadas del burocratismo de un régimen derrotado (el llamado "cuarta república") cuya demolición debe acelerarse.
  • B) La sinceración del señor Presidente acerca de la idoneidad del equipo que lo acompaña en funciones de Estado. Hacemos énfasis en el hecho de que el general que acaba de pronunciarse contra la continuación del proyecto bolivariano fue hasta hace escasas semanas el jefe operativo de las fuerzas regulares de la República.
  • 7) Invitamos a los grupos organizados y a la ciudadanía en general para que se movilice en defensa de la institucionalidad, pues a pesar de sus imperfecciones sólo a partir de la que existe es posible avanzar hacia estadios más nobles de democracia plena.

viernes, 25 de mayo de 2007

Apuntes para una caracterización del Colectivo Misión Boves

El actual momento histórico venezolano, a un mismo tiempo producto y estímulo de la insurgencia latinoamericana y global de los pueblos contra el capitalismo, se muestra lleno de paradojas. La mayor de ellas viene dada por la relación del pueblo venezolano con los poderes: el control aparente del Estado lo detenta un movimiento aliado de las masas oprimidas, pero esas masas siguen siendo oprimidas y sojuzgadas por el capital. El Gobierno ha proclamado, mediante un eslogan cuya eficacia no se ha medido aun, que el Gobierno es el pueblo, pero la composición de ese pueblo siguen siendo los millones de seres humanos que, para subsistir, deben vender su fuerza de trabajo o reproducir los vicios del mercantilismo y el consumismo, y cuya miseria sigue manteniendo el confort de una minoría privilegiada.

Venezuela se encuentra en una clásica situación prerrevolucionaria, en una etapa de transición durante la cual hemos sido invitados y estimulados a avanzar hacia otro tipo de sociedad (el presidente Hugo Chávez la ha llamado Socialismo del siglo XXI), pero hemos heredado procedimientos burocráticos, estructuras legales, relaciones de producción, mecanismos y contenidos educativos, formas de diversión, hábitos sociales; en una palabra: perversiones del sistema capitalista y del Estado burgués que deberíamos proceder a demoler, o al menos a cuestionar. La inercia de dirigentes, voceros y vanguardias del llamado chavismo (y esto nos incluye como individuos actuantes y no pasivos) ha permitido además que nuestros compatriotas sigan viendo esos vicios y perversiones como situaciones “normales”, de allí la dificultad de comenzar a violentarlas.

En cuanto al Gobierno encabezado por el compatriota Hugo Chávez Frías, es preciso y urgente observar que sus esfuerzos en materia internacional y en el ámbito financiero no apuntan hacia el derrumbe o desmontaje del capitalismo. Por el contrario, sus mayores iniciativas han conseguido fortalecerlo y/o hacer fuerte al Estado dentro de ese sistema: el vigoroso apoyo e ingreso a MERCOSUR, la creación de una banca multilateral en el ámbito regional para “competir” con el BM y el FMI, el relanzamiento de la OPEP y la defensa de los precios del petróleo, los acuerdos bilaterales que propician la aceleración de la industrialización, etcétera.

A lo interno del proceso, del Gobierno y de la Revolución, hemos detectado con preocupación, al igual que muchos otros compatriotas, la permanencia de individuos, paradigmas y discursos propios de la dominación, del Estado burgués, de las fuerzas retrógradas de la reacción, en el seno del Gobierno y en puestos clave dentro de la administración pública y su periferia. En una palabra: hemos detectado la presencia y el avance de la derecha y la contrarrevolución en las instituciones del Estado, elementos debidamente ocultos tras una vestimenta de color rojo y un discurso falso lleno de eslogans y frases memorizadas; individuos y clanes que, aprovechándose de su habilidad para la negociación y el camuflaje, han hecho o están en proceso de amasar fortunas sin que su accionar cotidiano refleje compromiso alguno con los intereses del pueblo.

En este contexto, y conscientes de la existencia de un frente propagandístico en el cual se están librando batallas decisivas de los nuestros contra las hegemonías y el predominio de la derecha, hemos decidido conformar un colectivo que hemos estado llamando, al menos desde el año 2004, y así lo seguiremos llamando en lo sucesivo, Misión Boves.

A nosotros, integrantes originarios o fundadores de este colectivo, nos ha correspondido formular la presente


Declaración de principios

  • El Colectivo Misión Boves nace como una unidad táctica de propaganda, guerrilla comunicacional o difusora de contenidos libertarios. Su permanencia como tal o su conversión en movimiento de masas o de cuadros; grupo de opinión o corriente alternativa; vanguardia clasista o fuerza de choque, dependerá de las transformaciones del entorno político venezolano, de las diversas coyunturas políticas, sociales o bélicas que pudieran tener lugar, y de nuestra evolución individual y como colectivo. En presencia de coyunturas específicas podremos activarnos, luego de distribuirnos funciones, como fuerza de apoyo solidario a causas, movilizaciones; resolución de problemas puntuales o contextuales en caso de situaciones excepcionales como desastres naturales, siniestros y cualquier otra que amerite un gesto o una acción solidaria con nuestros compatriotas desposeídos.
  • Nos definimos como un colectivo libertario, desobediente y antiimperialista, y por lo tanto no sujeto a los dictámenes de ninguna hegemonía, poder, jefe o grupo con vocación absorbente. Nuestra estructura interna es reflejo de esa convicción: los integrantes de la Misión Boves toman sus decisiones en colectivo, pero sus decisiones personalísimas o familiares no se producen bajo presión o imposición unilateral interna o externa.
  • El beneficiario e inspirador de nuestro accionar como colectivo es el pueblo de Venezuela; nuestro objetivo, contribuir con los procesos que mueven a la sociedad hacia una democracia directa, acrática y libre de la opresión de los poderosos.
  • Nuestros adversarios y enemigos son los dirigentes y activistas de corrientes políticas y económicas dominantes y/o en proceso de ver liquidada su dominación por el empuje de los nuestros: los grupos económicos, partidos de derecha, socialdemócratas y socialcristianos, y los grupos e individuos que reproducen y difunden sus mensajes; los grupos que proclaman su condición de izquierdistas pero que han traicionado a las banderas de los oprimidos; la alta jerarquía de la iglesia católica y de otras religiones que se han convertido en hegemonía; los representantes y portavoces de potencias extranjeras o de Gobiernos antagónicos con el ideal de una patria libre y antiimperialista; los depositarios y reproductores del discurso y las conductas de derecha, enquistados en el Gobierno bajo la apariencia de “chavistas y revolucionarios”; los ciudadanos comunes que, coyunturalmente o de manera militante, echan mano de sus intereses de clase privilegiada para atentar contra el experimento revolucionario venezolano y continental.
  • Nuestra concepción de lo que es el pueblo tiene su base o punto de partida en estos elementos clave: porción de la humanidad sometida a explotación, exclusión, vejación y/o genocidio por parte de hegemonías o potencias políticas, militares y/o económicas. El pueblo es el ente colectivo depositario de las injusticias más antiguas y crueles de la historia. El pueblo es esa mayoría cuyo trabajo, segregación y exterminio han garantizado históricamente el confort de unas minorías. Como complemento de esa noción acudimos a los temas raciales, la conciencia de clase, el individualismo; la proclividad, actitud y aptitud frente a la rebeldía y la desobediencia; y la intuición histórica. Esta última es el impulso, el motor que mueve a la humanidad, lenta pero inevitablemente, rumbo hacia la democracia directa. La porción de humanidad que entendemos por pueblo es la masa que asume ese camino y no el retroceso hacia formas de organización ya superadas o en proceso de desgaste irreversible (esclavismo, latifundio, colonialismo, capitalismo, imperialismo).
  • Invocamos la figura de Boves, tanto por su condición de primer jefe de la democracia venezolana, como por el espíritu que logró activar en su momento y por la relación histórica entre su circunstancia de 1814 y la nuestra de inicios del siglo XXI.
    • Cuando en Venezuela se desarrollaba una lucha entre banderas postizas y artificiales (los blancos peninsulares "realistas" contra los blancos criollos "patriotas") Boves hizo activar la única fuerza telúrica capaz de cambiar la historia: mientras los “revolucionarios” pretendían trasladar el poder de unos blancos a otros blancos, Boves entendió que el poder debía ser para el pueblo y actuó en consecuencia. Su corta estancia al frente del Gobierno de Caracas fue un ejemplo (muy primario y brutal, pero genuino) de democracia: las castas esclavizadas asumieron funciones de Gobierno, y las clases opresoras debían rendirles honores. Su muerte en Urica (5 de diciembre de 1814) es fundacional: la batalla en la cual Boves pereció fue ganada por el ejército de pueblo que comandaba. La metáfora es elocuente e irrebatible: ese día el pueblo demostró que es capaz de ganar batallas sin necesidad de jefe o conductor. El Gobierno actual (año 2007), pese a las buenas intenciones de su jefe, sólo ha logrado cambiar a unos burócratas por otros. La Misión Boves se propone como fin, mediante el discurso y la acción, construir las bases para que el pueblo proceda a la demolición definitiva de las estructuras (instituciones, armazón jurídica, estética, procedimientos) del Estado burgués.
  • De modo que nuestra invocación de José Tomás Boves alude a la motivación detonante, a la energía inspiradora de masas. Nos enorgullece, inspira y estimula la sorpresa y la preocupación que su nombre genera, casi 200 años después de su muerte, ya que la detección de ese desconcierto en el ánimo y en el alma de los demás sirve para tener automático registro inicial de aquel que nos es afín y de aquel potencial adversario.

Estructura, recursos y funcionamiento

  • La Misión Boves consiste, en esta etapa fundacional, en la difusión de reflexiones, denuncias e información general, a través del control de medios de comunicación y de espacios dentro de éstos; participación en foros presenciales, utilización de herramientas tradicionales y alternativas de comunicación.
  • El Colectivo hará uso de las herramientas, equipos y tecnología disponibles para producir y difundir contenidos libertarios, antihegemónicos y de denuncia. El inventario actual y potencial de equipos y tecnología del colectivo incluye grabadores y reproductores, computadoras, teléfonos celulares, cámaras fotográficas y de video, proyectores. Ese patrimonio debe renovarse e incrementarse de acuerdo con necesidades actuales y futuras.
  • Al momento de la elaboración de esta Declaración, el colectivo cuenta con los siguientes espacios de difusión:
    • Periódico Sucre en Comunidad
    • Página web www.el23.net
    • Blog El Discurso del Oeste
    • Programación de Radio Rebelde
    • Programa “Periodista y Medio”, en la emisora libre Al Son del 23

  • Están en proyecto para su incorporación como nuevas herramientas:
    • Transmisores de radio para activar emisoras itinerantes.
    • Telemóvil Hallaca, instrumento para desarrollar una televisora callejera e itinerante
    • Un periódico de información general y difusión del mensaje, que en una etapa ideal habrá de ser diario.
    • Espacios potenciales en radio, televisión y medios impresos.

  • El Colectivo intercambiará opiniones y reflexiones con grupos, movimientos, partidos e individualidades de todo el país, con el fin de explorar afinidades con nuestro discurso y potenciar relaciones. El objeto de dichas reuniones y relaciones no será necesariamente la búsqueda de asociaciones o fusiones, pero sí de alianzas estratégicas o dinámicas de apoyo mutuo.

Nuestra relación con el Estado y la sociedad

  • Asumimos y entendemos que las formas más acabadas de dominación y explotación son el Estado y las grandes corporaciones (grandes empresas privadas, corporaciones, transnacionales, etc.). Ante la evidencia inocultable de que esas estructuras permanecen vivas, y el llamado proyecto bolivariano no tiene en sus planes liquidarlas sino más bien fortalecerlas, aceptamos como contradicción por superar la necesidad de conseguir dentro de ellas los recursos necesarios para el funcionamiento del colectivo y para la manutención y bienestar de cada uno de sus individuos.
  • El Estado venezolano luce anquilosado y sólo la irrupción del pueblo, con sus rabias y su frescura, es capaz de sustituir el paradigma actual de dominación por uno donde la democracia tenga señorío. En ese sentido, nuestra presencia actual o futura como trabajadores dentro de empresas privadas u organismos estatales, debe estar signada por los esfuerzos por violentar los esquemas conservadores, y por propiciar la intervención del pueblo en sus procesos. Nuestra presencia en esos entes no será entonces pasiva ni dócil, sino contestataria y transformadora.
  • Nuestra relación legal con el Estado y las estructuras formales vendrá dada por nuestro registro con figuras jurídicas: Asociaciones Civiles, Cooperativas, ONG, Compañías Anónimas, etc. Pero la activación de facto de nuestras políticas, tácticas e iniciativas tendrán lugar de manera informal e inconsulta, hasta donde los mecanismos legales o de represión nos lo impidan.

Nuestra relación con Hugo Chávez Frías, el Gobierno Bolivariano,
el chavismo y el Partido Socialista Unido de Venezuela

  • En presencia de conceptos que la dinámica mediática, la lucha incesante entre la propaganda oficial y las arengas golpistas de la derecha han conseguido confundir, nos parece obligante establecer algunas precisiones conceptuales para poder describir nuestros ámbitos ideológicos y de acción. En el habla de la gente común y también en las dirigencias es común oír hablar del Gobierno Bolivariano, la Revolución y el Proceso como si fueran una misma cosa. Al respecto, precisamos:

    • Proceso: Es la evolución de nuestras sociedades en incesante cadena de eventos, desde el momento en que la hegemonía europea procedió a colonizar y sojuzgar estas tierras. El Proceso es el registro de cómo nuestro pueblo ha avanzado desde la opresión hacia la democracia directa.
    • Gobierno Bolivariano: Administración del Estado en la etapa histórica iniciada en Venezuela en 1998. Es el chavismo en el control de las instituciones estatales, bajo la presidencia de Hugo Chávez.
    • Revolución: Etapa histórica en la cual el Estado burgués será demolido junto con los paradigmas culturales y relaciones de producción que hacen posible su supervivencia.

  • Nuestra visión del país nos indica que estamos en un momento crucial de nuestro Proceso histórico, estamos en una etapa prerrevolucionaria pues se encuentra en funciones un Gobierno que ha anunciado su decisión de propiciar una Revolución. Como seres humanos oprimidos y excluidos somos parte integrante del Proceso; apoyamos y nos incorporamos a las iniciativas más audaces del Gobierno, y hacemos esfuerzos para que la sociedad haga acto de entrada en la etapa definitiva, que es la Revolución, la liquidación de lo establecido y la construcción de una nueva sociedad. Creemos, de hecho, que actualmente los signos más vigorosos de la Revolución venezolana no se encuentran en el Gobierno sino en la calle, en el pueblo, que ya cuenta con un acumulado histórico suficiente (su Proceso) para avanzar a etapas más elevadas sin necesidad ni autorización de la burocracia en funciones.

Con el Presidente Hugo Chávez y su Gobierno compartimos:

  • La intencionalidad revolucionaria, expresada en el anuncio de la construcción de una sociedad de nuevo tipo, donde prevalezcan los valores de la solidaridad y el colectivismo sobre el modelo capitalista que promueve el individualismo.
  • El discurso antiimperialista.
  • El discurso antihegemónico.
  • La apertura de espacios para que la ciudadanía se exprese desde su informalidad.
  • La defensa y reivindicación de los grupos humanos execrados y expoliados por el Estado burgués: los indígenas, los campesinos, el pueblo pobre.

Con el presidente Hugo Chávez diferimos en la lentitud para la aplicación de medidas más audaces contra el capital, la hegemonía norteamericana y los paradigmas del Estado burgués: seguimos siendo excesivamente dependientes del comercio con Estados Unidos y otras potencias; los bienes e intereses de los capitalistas, aristócratas y poderosos de todos los tiempos permanecen intactos; las reglas de juego siguen siendo dictadas por un “orden” internacional que le sirvió al Estado burgués pero a nosotros no nos sirve: la alternabilidad en el poder, la supremacía de la “libre empresa” por sobre los intereses nacionales; el Presidente sigue empeñado en nombrar a dedo a los candidatos a ocupar cargos de gobiernos regionales y locales, y curules parlamentarios (gobernaciones y alcaldías; Asamblea Nacional); las iniciativas destinadas a lograr una mayor independencia y ejercicio del poder por parte del pueblo tienen como única motivación el dinero y como sostén universal al Estado. Así, el movimiento cooperativista y los Consejos Comunales van convirtiéndose en apéndices del estado y no entidades para la consolidación del poder ciudadano.

Nos preocupa e indigna del Gobierno Bolivariano:

  • El empeño en llamarse revolucionario mientras se mantiene sobre las bases estructurales y jurídicas del Estado Burgués.
  • La sobrevivencia de vicios que promueven la corrupción o son corruptos en sí mismos: el cobro de comisiones para la agilización de trámites; el clientelismo partidista inherente a quienes se sienten protegidos por jerarcas de partidos chavistas; la metamorfosis de ministros y altos y medios funcionarios en caciques regionales, locales y de clanes; la imposibilidad o inconveniencia de eliminar la burocracia; la defensa de leyes, normas y procedimientos absurdos, anacrónicos y antagónicos con el rumbo de la sociedad.

Sobre el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)

Nuestra condición de colectivo desobediente y libertario nos hace ver como inaceptable, por filosofía, emocionalidad y principios, la incorporación dócil y automática a una estructura partidista que se anuncia autoritaria, excluyente, vertical y clientelar. Los partidos tienen jefes y el PSUV ya nombró a los suyos, algunos de los cuales identificamos claramente como elementos de la reacción derechista dentro de las altas esferas del chavismo. En esas condiciones declaramos inviable nuestra inscripción en el PSUV y la adopción ciega y servil de sus potenciales reglamentos.

Rechazamos las declaraciones del presidente Hugo Chávez que tildan de opositores y contrarrevolucionarios a quienes no se inscriban en dicho partido. El Presidente Chávez es el líder circunstancial del proceso en esta etapa específica, pero de ninguna manera es el dueño o administrador de la Revolución. Sus declaraciones contienen y representan un irrespeto hacia los grupos y ciudadanos que ya luchaban por la Revolución, aun a costa de sus vidas, desde mucho antes que el ciudadano Hugo Chávez fuera una figura pública y un conductor de masas.

Sin embargo, en vista de que ese partido está en plena fase de conformación, y en ee marco se ha anunciado un debate nacional donde inevitablemente han de definirse corrientes y tendencias, consideramos pertinente reconocer a nuestros miembros fundadores o potenciales integrantes la libertad de decidir si lleva a cabo su inscripción. En este caso, nuestra presencia allí tendrá por objeto inundar los espacios de debate con nuestro discurso libertario, para intentar transformar el espíritu del partido desde su origen o al menos para dejar constancia de nuestra condición de ciudadanos al margen de cualquier ente reproductor de los vicios del esquema burgués de organización para la dominación.