jueves, 6 de marzo de 2008

¿Y lo importante?

Se repite la historia y la nefasta máxima resuena nuevamente: Lo urgente supera lo importante. Y es que el problema presentado en la frontera es ciertamente urgente. Pero ¿no se sabía que eso podía pasar? ¿hasta cuándo seguir siendo reactivos? Si el enemigo fundamental de este proceso son los gringos, si los gringos tienen un bastión en tierras colombianas, si es uribe un becerrito de bush, si sabemos que ese patiquín prestaría y de hecho lo hace, el territorio colombiano para invadirnos y jodernos, no ameritaba realizar ése movimiento desde tiempo ha? No deberían estar apostados esos diez batallones en la frontera desde y hasta siempre, para no tener que andar corriendo a la hora del té?
Seguro estoy que cuando las aguas retomen un poco de calma, vendrá el relanzamiento de la Reserva militar, ya lo veremos.
Por otro lado, y con la misma idea inicial, me permito recordarles que estos son los momentos ideales para que las ratas invadan la casa. Nadie está pendiente de nada que no sea el problema con los colombianos; unos para saber en qué momento deben salir volados y para dónde; otros, para invadir espacios y tomar posiciones mientras todos miran para el lado contrario; aquellos, le tienen la vista puesta al fajo de billetes, al robusto cheque, para al menor aspaviento de guerra ¡zas! desaparecer tanto los billetes como el cheque y, los menos, en pie de lucha para defender lo que haya que defender.
De los que tienen las maletas preparadas, no vale la pena conversar. De los rateros y pillastres tampoco (por los momentos, digo), esos han de morir en la cañería con un montón de billetes atorados en la garganta. De los invasores, la experiencia dice que terminan abollados al cabo de unos pocos meses de no saber qué hacer (aunque no debemos desestimar los daños causados en tan poco tiempo).
De quienes sí deberíamos decir alguito es de los que se están apoderando del proceso revolucionario, de las instancias de poder y de gobierno, con el cuento medio chimbo ése del famoso partido unido y socialista. Nuevamente, nos meterán gato por conejo. Y lo peor de todo es que no se trata de un gato gordo y cuidado, un gato de quinta, pues, como quien dice. Es un gato flaco, llagoso y a punto de morirse de mengua y olvido que a algún fulano se lo ocurrió la brillante idea de metérnoslo de contrabando.
No importa, hemos de seguir…

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