martes, 15 de abril de 2008

Gente

En muchas oportunidades hemos hecho chistes sobre el origen de los funcionarios que selecciona el presidente Chávez para su gabinete. Es una lista aportada por los contrarrevolucionarios; se los recomienda el pentágono y la cia; es la coordinadora democrática la encargada de aportar la lista de los funcionarios, y así entre otras tantas descabelladas justificaciones, algunas no tanto, se han esgrimido para entender tantos pelones.

Siendo menos irónicos, se entiende que dichos funcionarios vienen de grupos políticos; promociones militares; grupos de amigos, familiares y amistades de alcobas. Estas últimas son más probables, mas no por eso más efectivos.
Sin importar a estas alturas de dónde salen realmente estos funcionarios dedicados a tirar físico, vestir de rojo, usar la imagen del Che Guevara y otra simbología revolucionaria montados en senda camionetota, lo importante sería, o es, dar un aporte, una idea para ubicar una posible cantera de hombres y mujeres, dispuestos a trabajar con honestidad, humildad y amor por este proceso: Los videos.

Durante más de seis años han salido en pantalla. Durante todo ése tiempo, han sido héroes, glorificados y homenajeados masivamente, genéricamente. En todo éste tiempo han transitado la misma ruta que les valió el reconocimiento del resto del país. Algunos han logrado que sus gritos, lágrimas y valentía les sean reconocidos (seguro estoy que buscaban tal cosa). Recuerdo a un gordo que en las puertas de Miraflores, con lágrimas, sudores y gritos, clamaba por sus hijos y el regreso de su Presidente. También a una joven que igualmente demostraba su amor y arrojo por esta revolución y su Presidente. Tiempo después les vi laborando en el Palacio Blanco (frente a Miraflores), creo que en algunos de los planes sociales que funcionan ahí. No está mal.

Ahora bien. ¿Por qué no dejarnos de títulos universitarios? ¿Por qué no echamos a un lado los trajes, los partó y las corbatas? ¿Por qué no hacemos a un lado a las promociones militares de los amigos y nos lanzamos de frente en pos del verdadero pueblo? ¿Por qué no tomamos esos videos del 11, 12, 13 y la madrugada del 14 de abril de 2002, para buscar en ellos el nuevo gabinete? ¿Por qué no sacamos de esas caras sudadas, de esos ojos rojos por el llanto los nuevos funcionarios públicos? ¿Por qué no hurgamos entre esa masa de gentes, dispuestas a hacerse matar por defender a su presidente y a su revolución? ¿Por qué no pueden ser ellos quienes le acompañen en la toma de decisiones? ¿No son de confiar? ¿Nadie me los recomienda? Y es que les hace falta recomendación alguna a quienes no pidieron nada, aún seis años después, y lo dieron todo? ¿Por qué no sacar de entre esas Egargantas ardientes y esos palpitantes corazones los nuevos candidatos?

¿Será que de verdad el pueblo sólo sirve para hacer retórica revolucionaria? ¿Verborrea bonita?


No hay comentarios.: