martes, 15 de abril de 2008

¿Pescadores socialistas?


Recientemente, el ministro Rafael Ramírez estuvo en la isla de Margarita. Habló en calidad de ministro, presidente de pdvsa y vice del psuv. En tales roles, se reunió con un nutrido grupo de pescadores en Playa Valdés, detrás de un morro que un famoso empresario margariteño decapitó para construir un edificio de apartamentos.
Ahí, pescadores y ministro, acordaron una cantidad de incentivos y ayudas en materia de combustible y otros pertrechos de pesca, con la finalidad de facilitar tan ardua labor (la de los pescadores) y, no faltaba más, abaratar el costo del pescado, muy alto por demás. Buena la intencionalidad.
Pero, permítanme decirles, esto último no lo creo. Y es que han sido varios los intentos del gobierno revolucionario por lograr un precio justo para el marino producto. Verbigracia, un Aló Presidente realizado hace ya varios años en Playa El Tirano, jurisdicción del municipio Antolín del Campo del estado Nueva Esparta. Programa donde, vale recordar, al presidente Chávez lo rodearon con los personajes más adecos de Nueva Esparta.
En aquella oportunidad, se les dieron botes, motores, redes, pesos, cestas y otros aperos para la pesca. La entrega se coronó con un gigantesco depósito refrigerador para guardar la pesca diaria. Nada de eso sirvió para amainar los altos precios del producto. Es más, se han dado casos donde el pescado cuesta más aquí (Playa El Tirano), que en un supermercado (he sido víctima de tal especulación). De ahí en adelante, la historia es similar: dotación de lanchas, motores, créditos para la compra de implementos de trabajo; mejoras en las condiciones de trabajo: mejoras del Mercado de Los pescaderos en Los Cocos, Porlamar (municipio Mariño), etcétera, etcétera. Nada ha servido. Nada sirve para frenar el tremendo abuso cometido con los precios del pescado.
Suele decirse que la culpa la tienen los revendedores, los caveros (camiones refrigerantes) que especulan y encarecen el costo del producto marino. Al respecto, déjenme decirles algo: Falso. Son muchas las veces que la gente se acerca hasta la orilla del mar donde están sacando las maras llenas con la pesca, y los precios son tan altos como si los compraras después de doscientos eslabones de cadena.
El pescador margariteño se ha vuelto un especulador cualquiera, un hombre a quien nada le importa créditos o ayudas gubernamentales. Si no, esperen la próxima temporada vacacional para que vean el alza materializada en los precios del pescado. O mejor aún, acérquense ahora mismo al mercado de Los Conejeros o al de Los Cocos o al Tirano para que vean cómo el pescado se cotiza: más alto, pero mucho más alto que la carne.
De nada valen franelas y gorras rojas del recién estrenado psuv (así lucían en la reunión de Playa Valdés), si esos créditos y ayudas no van acompañados de un verdadero compromiso socialista, de una fiscalización seria y severa por parte de los entes encargados, pues igual que ayer, los pescadores se harán los locos y nos arrancarán el cuero en cada kilo de pescado.

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