martes, 10 de febrero de 2009

De radicalismos y otros menjurjes

En estos días han ocurrido varios hechos que me han puesto a pensar en muchas cosas que uno dice por ahí. A veces uno dice cosas que, ciertamente, le salen de adentro, cosas bien honestas, sin pensar en lo "políticamente correcto" porque, bueno, porque en nuestros países no nos enseñaron a pensar como a los liberales en Europa y porque aquí decirle negro a alguien es un gesto de cariño, hasta "coñito" puede ser un epíteto cariñoso, a veces nos tratamos a las patadas...ciertamente.

Una vez le escuché decir a un diyei de esos que fueron criados en el este y fundapapá le pagó la universidad, que "la solución para los cerros de Caracas es el napalm", quizá en estos días algunos puedan cometer el error de decir que "la solución para el este es plomo parejo", me he visto haciendo comentarios que rayan de uno y otro lado, porque yo soy así, de pana, porque a veces en una conversa incendiada hay que decirle cuatro vainas a la gente pa' que aunque sea de la impresión, se den cuenta de lo que pasa a su alrededor.

Sin embargo, a la hora de dar declaraciones a entes públicos o en medios de comunicación del lado que sean me he limitado a aquello que llaman lo "políticamente correcto", vivimos bajo un "estado de derecho", existe un ente, una institución que gobierna, el estado, y para mí desde que lo entendí nunca me ha dejado de parecer un "ente represivo", "el estado es un vampiro", y es por ello que declaraciones como el del representante del Colectivo la Piedrita, menos que acercarme a sus reivindicaciones sociales e históricas, me hacen cuestionar el liderazgo que asumen ciertos elementos de este proceso.

No es posible que estemos quemando los cartuchos que se preparan para la guerra, en batallitas que simplemente nos desgastan y nos ponen en evidencia ante el enemigo, por ello me parece un acto necio el irse a dar declaraciones ante un medio como quinto día, pensando que aquello no iba a tener consecuencias inmediatas, camaradas, les insisto el estado es un vampiro.
Es la hora de independizarnos, es la hora de plantarnos con paso firme ante esta sociedad y este país que se merece lo mejor, su gente y su naturaleza, esta es en definitiva una tierra de gracia. Creo que nos toca sobre todo, no dejarnos arrastrar por esas bajas pasiones de la oposición balurda y vendepatria, esos pitiyankis de siempre, es la hora de ser un bloque unido en la diversidad.

Ahí se las dejo camaradas, por la patria grande, la que ¿Bolívar soñó? , bueno no sé, quizá haya sido un sueño colectivo en el que todos estábamos en el llano o en la montaña, o en las playas, viviendo, siendo muchos pueblos viviendo en paz.
Saludo solidario.

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