viernes, 21 de enero de 2011

CHÁVEZ, VENTE PA´CA

Juan Carlos León
Desde los tiempos en que vivía en Caracas y venía a la Isla con cierta regularidad, notaba que por acá se asume, ejerce o practica la política de manera distinta (también la vida cotidiana). Si bien es cierto no existen los sobresaltos propios de estos tiempos de intentos o amagos de cambios profundos; rumores de golpe, de colapso en el tránsito por el cierre de tal vía, de la clausura de entidades financieras porque han quebrado, que Chávez huyó a Cuba con la familia y un realero loco, que tal y que lo otro, así más o menos es o era, el acontecer diario político en la Capital. Esto deja poco tiempo para el aburrimiento político, también del otro.
Este ritmo de vida va unido a los grandes mega-mercales en las principales avenidas, inauguraciones de grandes cadenas de abastos expropiados, entrega de créditos, la avenida Los Próceres full de flamantes y relucientes vehículos nuevecitos, de camionetas de jises de motos, inauguraciones de comisiones y etcétera, etcétera. Permanentemente ves, en un gigantesco mesón ovalado, una caterva de ministros y funcionarios de todos los colores. Observas y oyes como se discuten problemas del país y como se aportan soluciones. Se dan directrices para todas las obras y planes que se harán en cada rincón. Vemos mapas y mapas que son sometidos al grafismo del Presidente, todo con la didáctica finalidad de que entendamos para dónde van los planes, hasta dónde llegarán los desarrollos y a quienes tocará la mano de estos.
Podría enumerar una buena cantidad de planes fallidos. De proyectos no natos. De flechas dibujadas que no llegaron al destino acordado. De rayas que no se extendieron hasta donde debían. De puntos neurálgicos que no se ramificaron para ningún lado. Nada importó que cada dibujo, que cada boceto que cada plan fue graficado en cámara, es decir, en vivo y directo.
Desde Caracas, pareciera existir otro país y desde acá también. Les cuento, casi a diario asistimos en vivo y directo a otro país a otro Estado. A otra revolución. Son otros los ministros y funcionarios que vemos y oímos. Es otra manera de hacer la política. Es otra forma de trabajar y desarrollar los planes sociales. Ahí todos los funcionarios son unas estrellas, Chávez los colma de halagos y felicitaciones por el excelente cumplimiento de sus funciones. Bien.
Pero eso es allá. Por acá, Presidente, esto funciona con otra dinámica, con otra lógica, con otro son, con otros intereses, en nada consustanciados con lo que usted ordena o planifica o dibuja o quiere, por supuesto, y menos con los intereses del pueblo.
Ahora bien, Presidente, qué hacer, porque no es que sea un problema de ahora, de ayer pa´ca, no señor eso es viejo, tan viejo es que viene de la cuarta república, estamos ante la mismita manera de hacer política. Desde allá para acá, nada. Vengase. Por acá, Presidente, seguimos sin ver a un ministro ni a ningún alto funcionario, tampoco vemos al alcalde ni a los concejales ni a los diputados regionales. Por acá no vemos a nadie, no existe tanta belleza dibujada en la pantalla, Presidente. La cosa es tan terrible, Presidente, que ni cuando son candidatos los vemos, le puedo contar que cuando la última campaña a gobernador nunca vi al candidato nuestro por ningún lado y cuando, otra vez, fue candidato a la Asamblea Nacional, lo vi una sola vez pasar en el techo de una flamante camioneta, raudo y veloz (mucha gente también, no lo vio). Al adeco lo vi dos veces caminando por el pueblo.
No recuerdo la fecha, y no quiero pensar. Pero a usted, Presidente, lo oí decir que no quería ver a ningún ministro en Caracas, que quería verlos caminando los pueblos, con la gente. Seguramente sus múltiples ocupaciones no le han dejado tiempo para ver que la gente no los ve, menos los toca y nada que decir de hablarles, de entregarles papelitos como a usted, Presidente. Vengase.
Agarre la carpa de Kadafi, échesela al hombre y venga. Empiece por cualquier pueblito y verá como no existe mística, orgullo y mucho menos ideología revolucionaria alguna. Instale su carpa en el primer cuartel, me gustaría decir en la Plaza Bolívar del pueblo, pero aquello de la inseguridad no es cuento, no importa instálese, póngase sus lentes su peluca y su cachucha. Vaya a buscar un Mercal o Pdval, Presidente, intente comprar un pollo, o váyase a un banco de esos que ahora tiene la revolución, pida un crédito. Visite los consejos comunales. Visite las cooperativas. Camine el pueblo, toque a la gente y pregunte por usted. Pero que no sea un ratico, quédese un mes, hágalo de cuando en vez y de vez en cuando. Ese pueblo que tanto quiere, se lo agradecerá.

1 comentario:

Moises Aranda dijo...

Esa entrada me parece sumamente relista, quiero asumirme a esta campaña que endereza los ideales revolucionarios. Creo que te vi en la plaza bolivar que nos presento josegregorio, y hablabas del taita, acabe de ver el film venezolano y entiendo su ideal quiesiera formar parte de esto, pues tambien me atrae estas cosas, porcierto te vi con una camisa del partido comunista y comparto su ideologia. un placer haber leido esta entrada.