viernes, 28 de mayo de 2010

A 215 años de la insurrección de esclavos en la Sierra de Falcón: Impresiones sobre el encuentro de Macanillas


“Dice mi pueblo que puede leer en su mano (…) el destino
y que no hay adivino ni rey, que le pueda marcar el camino que va a recorrer”.


Alfredo Zitarrosa


Es difícil describir lo que significa caminar por lugares donde otros y otras han transitado y han dado la vida en la lucha por la existencia y por la dignidad. Caminar la Sierra de Falcón es tener presente en la memoria de dónde venimos como pueblo, desde cuándo se gestan nuestras luchas. Cuáles han sido y siguen siendo los territorios en resistencia, y es desde esos lugares donde emerge la certeza de otra forma posible de mundo. En Venezuela, en nuestra América y en el mundo, afortunadamente las trazas de lucha, de posibilidad, de emancipación son numerosas, son diversas.


El fin de semana en Macanillas distintos colectivos, comunas en construcción y movimientos populares, tuvimos la oportunidad de vernos como cada año, en un encuentro de procesos, de los distintos y distintas que nos juntamos para luchar contra lo antagónico, que es el sistema capitalista, el neoliberalismo, el imperialismo, la opresión y la discriminación en todas sus formas. Distintas expresiones de poder popular nos encontramos para seguir debatiendo y cimentando la unidad del pueblo, que creemos es la única manera de construir la revolución bolivariana, de avanzar hacia el socialismo nuestro.
Desde el viernes comenzamos a llegar con nuestras experiencias en la espalda, con cuatros y tambores, con semillas, con alegría, con espíritu de lucha, y bajo la mirada del Zambo Chirinos, que se erige presencia a lo ancho y largo de la sierra; con la compañía de los y las camaradas que empuñaron su fusil hace décadas, y cuyo combate no es olvido.
El sábado 08, los truekeros y truekeras tuvieron la oportunidad de juntarse a debatir, preparar el próximo encuentro nacional que será en Barlovento (10 al 12 de junio), y dibujar perspectivas. Otros y otras, aprovechamos para fortalecer la articulación territorial, sentándonos las comunas en construcción y otras experiencias organizativas en un espacio de la región centro-occidental-llanera, en donde, además de socializar lo que cada espacio territorial viene haciendo y avanzando en el ejercicio del poder popular, se definieron líneas de acción y continuidad en cuanto a los espacios de formación, la sistematización de materiales, y el intercambio de experiencia. Con el compromiso de seguirnos encontrando como eje, y de seguir avanzando a través de planes y luchas conjuntas, desde el apoyo mutuo y el reconocimiento como pueblo.
También, se participó en talleres de artesanía, de guerrilla comunicacional, compartimos música y tambores, y por supuesto, la comida, en el marco de un ejercicio de autogestión de los compañeros y compañeras de la Confederación de Consejos Comunales José Leonardo Chirino.
El domingo, iniciamos un recorrido por lugares emblemáticos de la sierra, en una marcha de saludo por distintos lugares, Guayapa, Curimagua, rumbo a Macanillas, a la Plaza José Leonardo Chirino. Sin embargo, nuestro andar se vio detenido por las contradicciones y ataques producto del divisionismo, y de intereses que históricamente se han aliado para fracturar al pueblo, para debilitar la organización.
Sin ahondar en detalles (propongo revisar el comunicado emitido http://www.rednacionaldecomuneros.blogspot.com/), un sector que desconoce la histórica organización del pueblo de la Sierra, intentó detener la marcha, sin mediar palabras, con una lluvia de piedras, dejando a tres heridos, entre ellos, un niño. Quienes estábamos allí, entendemos que ese ataque forma parte de las contradicciones y complejidades de lo que implica construir el poder popular desde lo comunal, pero no por eso debe ser “normal” o “natural” la agresión y el ataque; repudiamos las acciones violentas que causan provocación y agresión entre el seno del pueblo. Más, cuando son producto de prácticas clientelares, verticalistas, de quienes piensan que la construcción y ejercicio del poder popular pueden ser recetas técnico-burocráticas y no procesos que deben apuntar hacia la emancipación.
En tal sentido rechazamos contundentemente toda práctica (a todas luces contrarrevolucionaria) que conlleve a confrontaciones entre el pueblo; por lo tanto señalamos las políticas institucionales promovidas desde sectores de poder en el estado, que reproducen lógicas de dominación imperialista, antagónicas a las banderas de lucha histórica de nuestro pueblo y que en los últimos años hemos enarbolado en todos los frentes de batalla política, en las calles el 27 de febrero de 1.989 contra el modelo neoliberal, y en las calles el 13 de abril de 2.002 contra el intervencionismo yanqui, ratificando nuestro ideario emancipador, rebelde e insurgente, en este año bicentenario.
Este incidente no detuvo la marcha, y continuamos con las actividades, discutiendo desde los distintos movimientos y colectivos presentes cómo venimos tributando desde nuestras prácticas a la unidad del pueblo, en el marco de la construcción del Estado Comunal, como vía fundamental hacía la construcción de nuestro Socialismo.
Sin lugar a dudas, la cita anual en la Sierra es producto y reflejo de los esfuerzos del pueblo en construir su camino de liberación y revolución, desde los llamados de unidad, desde la firmeza que dan la lucha y la dignidad. Nos fuimos con la ayuda de El Arriero (el transporte comunal) con la certeza cada vez más firme de que nuestro camino indoblegable es el de fortalecernos desde la organización popular para poder avanzar; que nuestro camino, el que rescatamos día a día, de: ¡PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE! está atravesado por las gestas históricas constituyentes de nuestro movimiento popular de ayer, que es el mismo que hoy batalla en montañas, barrios, caseríos, costas y selvas

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